"Se supone que no debería sorprenderme por el booking cuestionable. Durante mi estancia en el equipo creativo de la WWE nos dijeron que no habían babyfaces o heels en la división de las Divas. Eso hace que veamos a una banda de pollitos con mala leche que en algunas ocasiones son mentalmente inestables".
"Un gran ejemplo de esa filosofía se vio reflejada en la última rivalidad entre AJ Lee y Paige. En lugar de establecer a un heel y un face, lo que hicieron fue que actuarán como chicas buenas y malas a la vez. Su ángulo "frenemies" fue más confuso que convincente. Por lo tanto, la rivalidad entre una de las las mejores Divas de todos los tiempos y la recién llegada no fue tan buena como debería haber sido. La audiencia necesita algo para engancharse, no es tan complicado".

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